Como el toro valiente en su resabio
llevo una cruz al lomo, malherida,
pero de amor morir será más sabio
que vivir sin esta alma embravecida.
Navego sin ayuda de astrolabio,
lucho por una causa ya perdida,
acepto que me lidien unos labios
con capotes de sal en las heridas.
Desafiando el clamor de los cobardes,
su cómplice faena ensangrentada,
su rito de manada y griterío,
embisto de arrebol, me hundo en la tarde
y despreciando heridas y estocadas,
muero de vivo amor frente al gentío…
Muy bueno
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