Son ya cuatro programas los que lleva esta nueva producción de la radio mexicana, Radio Nicolaita, demostrando cómo se puede realizar un programa cultural cuidado, sensible, bello y, además, barato. No creo que el aspecto económico deba ser el que decida la posibilidad de que un buen proyecto periodístico vea la luz; no obstante, lo insoportable es que hayamos «normalizado» la porquería mediática, cuando esta, para mayor escándalo, resulta infinitamente más costosa de lo que requiere la producción de un programa como «Innuendo». Queda expresada mi denuncia. Ahora, no dedicaré mayor comentario a esos vertederos audiovisuales y me centraré en lo que «Innuendo» se merece.
Programa tras programa, ha ido quedando claro que la realización de «Innuendo» amerita que la escuchemos con demora y fruición, degustando la ponderada selección de películas propuestas y los matices de sus respectivas bandas sonoras, cada una de las cuales supone una forma idónea de entrar en el mundo reflejado por el largometraje. Este es, a mi juicio, uno de los grandes méritos del programa: seleccionar películas que están en perfecta «armonía» con la música que las recorre de principio a fin. Sigue leyendo