Abuelo,
ahora ya cruzaste el umbral
y respondes serenamente al misterio
que alguna vez te asustó
ahora ya sabes que era dulce
el tránsito
como la noche y la paz de los sabios
tus labios soltaron
en el límite de la tierra
el pájaro del sueño
y en la seda de su vuelo
alivió nuestro dolor
el canto del silencio